¡La crisis de la vivienda asequible nos afecta a todos! ¡Debemos luchar por la comunidad que nuestros residentes y empresas necesitan y merecen!
El aumento del valor de las propiedades, combinado con el aumento descontrolado de las primas de seguros de propiedad y la escasez de viviendas, han creado una verdadera crisis existencial para nuestra vitalidad económica como región.
Esto afecta a todos en nuestra ciudad: inquilinos y propietarios por igual, así como a los empresarios de nuestras empresas locales que buscan contratar y mantener una fuerza laboral sólida. Lamentablemente, el aumento de los precios y las primas de seguros están haciendo que el “sueño americano” de ser propietario de una vivienda parezca fuera del alcance de quienes compran una vivienda por primera vez.
Para empeorar las cosas, durante 20 años la legislatura de Florida allanó el Fondo Fiduciario de Vivienda Asequible de Sadowski, llevándose $2 MIL MILLONES que se suponía estaban destinados a viviendas asequibles. Afortunadamente eso se ha detenido, pero ahora hemos perdido tiempo, dinero y apalancamiento.
Es casi demasiado grande para cualquier ciudad o condado. Pero cuanto más grande es la lucha, más duro debemos luchar... y luchar por las viviendas asequibles, inteligentes y responsables que queremos es una lucha que vale la pena ganar.
Como ciudad, hemos comenzado a aprobar estrategias de vivienda asequible para agilizar el desarrollo inteligente y responsable. Debemos mantener nuestros impuestos a la propiedad bajos y estables, brindar servicios a nuestros residentes a tarifas bajas e incluso con descuentos, y trabajar con nuestros socios regionales para fomentar un desarrollo inteligente y asequible.
Debemos dedicar tiempo, fondos y propiedades para ayudar a facilitar estas comunidades.
Debemos reconocer que los desarrolladores responsables de viviendas asequibles enfrentan una compleja red de créditos fiscales, incentivos y activos inmobiliarios que ralentizan el proceso de construcción de nuevas viviendas asequibles, viables y de calidad que queremos en nuestra comunidad. Por lo tanto, debemos estar ahí para ayudar con incentivos y garantías de que estarán abiertos a tiempo.
Sigamos luchando por viviendas asequibles: nuestra vitalidad económica está en juego y nuestras familias, residentes, fuerza laboral y empresas no merecen menos.